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Cuando objetivamente trato de analizar las palabras del nuevo Primer Ministro Cubano, Manuel Marrero, no olvido que muchos dicen que se trata, " más de lo mismo", y pienso que quizás se puede hacer esta afirmación como síntesis de su exposición, pero considero    no es totalmente justa ni real. Para mí se trata de una inadvertida confesión y reconocimiento de la situación cubana. Aunque no creo que haya sido su propósito fundamental, porque no creo en confesiones, sino en la modificación de las    actitudes, lo que hace innecesarias las confesiones.  Si no pecas para que te vas a confesar?     Sería mejor que no pecaras.  La confesión de la que hablo está en el contexto de sus palabras, cuando dice: "...el 2020 tiene que ser el año en que se proponga todo lo que sea necesario implementar para "desatar las fuerzas productivas, lo cual no se puede confundir con privatización, pues ese no es nuestro camino" y “Vamos a quitar trabas para potenciar la empresa es

En   Cuba aprendí   a guardar mis opiniones para mí.   Durante 31 abriles me   calle,   por temor   a las represalias y para evitar me sucediera como a mi bisabuelo asturiano que lo asesinaron los cubanos voluntarios, al servicio de la metrópoli   hispana,   porque apoyaba la lucha por la independencia de Cuba. Durante los últimos 30 abriles, después que   tuve   la oportunidad de escapar   des sistema fidelista, tuve   que aprender a manifestar   mis opiniones   sin temores encubiertos,   pero sin perder el respeto a las opiniones ajenas. Ahora lo que me resulta difícil   de comprender   es como después de   60 años de abusos , bajo un régimen totalitario,   que ha asesinado a tantas   personas   y provocado   la muerte de muchas   tratando de escapar de ese sistema,   oprobioso y sin futuro, haya   todavía   quienes   lo defienden y apoyan,   No en Cuba, donde es casi una forma de vivir   sin aparentes problemas, sino aquí, en el país que les dio refugio y seguridad a tantos, cuan