¿Elecciones o Reality Show?
Si alguien
me hubiera dicho hace 48 horas que yo iba escribir este comentario lo hubiera
negado con toda la fuerza de mi convencimiento, pero sucede que no es así y lo
estoy escribiendo.
Contra
las suposiciones de los llamados politólogos y los sondeos estadísticos Mr. Donald
Tremp ha sipo elegido como el nuevo Presidente de USA. Con los pocos conocimientos
que he adquirido como Psicólogo Social y Licenciado en Ciencias Políticas, he tratado
de buscar una respuesta a este resultado mientras observaba las informaciones en
la televisión, y los comentarios de algunos periodistas ubicados en un panel de
la televisión canadiense, que conto inclusive con la presencia de una ex primera
ministra, y trataba de buscar una explicación a los resultados que se reflejaban
relacionados con el candidato republicano.
Personalmente no lo esperaba. No porque lo creyera peor o mejor que la candidata demócrata, quien no oculto capitalizaba mis preferencias en los posibles.
Personalmente no lo esperaba. No porque lo creyera peor o mejor que la candidata demócrata, quien no oculto capitalizaba mis preferencias en los posibles.
Fueron precisamente
las declaraciones de Donald Trump lo que me hacían sentir un enorme rechazo por
su triunfo como candidato a la presidencia de USA. Poco me importaba toda la
campaña de descredito y acusaciones contra Hillary Clinton, la candidata demócrata,
lo que me parecía insoportable era el despotismo de las expresiones de Trump, relacionadas
contra algunos grupos de emigrantes hispanoamericanos, de la promesa de construir
un muro, al estilo del creado por las autoridades
comunistas de Alemania, su despotismo en su referencia a un héroe norteamericano,
que muy pocos pueden igualar, de su desprecio por los veteranos de guerras recientes,
sus referencias impropias a las mujeres, las burla a los deshabilitados etc. etc.
etc. no podía creerlo ni mucho menos soportarlo, sin desearle el mayor de los
fracasos electorales.
Hasta que anoche, que en plena madrugada sucedió algo que cambio muchas cosas de mi modo de pensar, que me recordó el famoso bombillo encendido sobre la cabeza de algunos personajes en las tiras cómicas que representa el “inside”, de quien está preocupado por algo, que los cubanos llamamos “el alumbron” me quedé estupefacto de, lo que estaba sucediendo y no podía creer fuera cierto.
Tuve la impresión de habíamos sido engañados durante toda la campaña electoral, al menos por uno de los candidatos y quien sabe si con la complicidad con su oponente.
Hasta que anoche, que en plena madrugada sucedió algo que cambio muchas cosas de mi modo de pensar, que me recordó el famoso bombillo encendido sobre la cabeza de algunos personajes en las tiras cómicas que representa el “inside”, de quien está preocupado por algo, que los cubanos llamamos “el alumbron” me quedé estupefacto de, lo que estaba sucediendo y no podía creer fuera cierto.
Tuve la impresión de habíamos sido engañados durante toda la campaña electoral, al menos por uno de los candidatos y quien sabe si con la complicidad con su oponente.
Ese
momento, ese desenlace de mi pensamiento, tuvo como origen el momento en que oí
a Mr. Donald Trump dirigirse a sus seguidores, de su referencia a su familia sus
amigos, y aún más a la candidata derrotada. Era otro Donald Trump, el hombre de
negocios, el hombre que reflejan las fotos a través de su vida, que no indican fuera
un hombre fuera de lo normal de todos los hombres.
Donald Trump había anunciado
una gran sorpresa para ayer y no era precisamente el resultado de las
elecciones solamente, lo más importante y sorpresivo es descubrir el verdadero Donald
Trump rodeado de sus seres querido, el amoroso abuelo que acaricio a su nieta con
mucho amor. Mi conclusión es muy simple:
Como sucede en algunas fiestas de disfraces, el malo se quita el disfraz y aparece
el verdadero hombre que de malo tiene muy poco. Donald Trump creo un personaje
y lo ha llevado hasta las últimas consecuencias en su actuación, poniendo en peligro
su integridad física, si algún extremista lo agrediera por todas sus ofensas y actitudes
antisociales.
Si los que
creímos era un monstruo y nos equivocamos, más equivocados están quien crean que Donald Trump
será ese personaje absurdo. delincuente, xenófobo, racista, machista, misógino,
descarado que creo para realizar su batalla electoral.
Muchos electores, descontentos con la apertura demócrata hacia Cuba, serán testigos del
incremento de esas relaciones comerciales, para frustración de quienes crean
que realmente incrementara el embargo contra la isla. Mr. Donald Trump sabe de negocios
y no dejara escapar la plaza que en la destruida economía cubana puede ocupar, su aliado natural, los Estados Unidos de Norteamérica, quizas bajo otras condiciones más objetivas y favorables para ambos..
Que no habrá un nuevo muro entre México y USA. y
que los actuales indocumentados, muchos que han trabajado durante años en USA,
no serán deportados y se encontrara alguna forma de ayudarlos, aunque las condiciones
para viajar legalmente a USA se incrementen y cualquier ley que haya concedido condiciones
especiales para vivir en USA sea eliminada. Mr. Trump. El tiempo demostrara
lo que digo aquí. Si su declaración final no fue otro capítulo de la actuación, de ese personaje y realiza todo lo que ha prometido o de cierta manera dejo entre ver en su última palabra, puede que todo sea mejor. Veremos
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