Carta abierta al Gobierno de la República de Cuba.

 Como  ciudadano de la Republica de Cuba, en el libre ejercicio de mis derechos envío este mensaje al Gobierno de la República de Cuba. Es la segunda vez que redacto  un documento de esta naturaleza, el primero dirigido al  Comte. Fidel Castro Ruz, quien después de 54 años es el dirigente principal de gobierno instalado en 1959.
En aquella ocasión, entre otras cosas, dediqué apenas tres o cuatro líneas a comentar la forma en que la Revolución había  facilitado mi formación intelectual. Fueron esas pocas líneas las que provocaron comentarios agresivos en algunas personas que  habían recibido las mismas oportunidades para estudiar que yo, y  al parecer se les había olvidado. Hoy publico este mensaje dispuesto a recibir las críticas todas de lo que voy a exponer a continuación.
En el seno del Gobierno de la República y su principal organización política existen mujeres y hombres que desean  realizar cambios y reformas que beneficien a todo el pueblo cubano y que faciliten el desarrollo de las tareas de ese mismo gobierno, tanto como existen entre las mujeres y los hombre del pueblo. Esas personas  no han hecho todavía lo que es necesario hacer. Hoy en la población se alzan voces exigiendo esos cambios, lo que demuestra que los cambios son absolutamente necesarios  y no se le debe dar más dilación. 
Ha llegado el momento de instrumentar esas reformas, de la misma manera que a partir del 1 de Enero de 1959  se comenzaron a cambiar todo lo establecido de 1902.
En aquellos momentos muchos  no comprendíamos la necesidad y el porqué de aquellos cambios apoyados masivamente por el pueblo cubano.  Durante años, después de la fundación de la República, parecía que todo marchaba bien, con el apoyo de su vecino más cercano.  Era falso, el nuevo estado  nació con taras heredadas del sistema colonial y adquirió  otras después. Nada  marchaban bien ni era legítimo y el pueblo era abusado de miles de formas diferentes. 
El Gobierno Revolucionario, instaurado en 1959 aprendía a gobernar, gobernando. Y se cometieron cientos de  errores en sus ensayos de leyes y medidas, que posteriormente  tuvieron que ser eliminadas como la famosa Ley 270.  Ley insostenible para cualquier economía en el mundo, sólo aplicado a través de algunas compañías de seguros que acumulan  millones de dólares  procedentes de todos sus asegurados y después reembolsa  a los pocos que lo necesitan por causa de enfermedad o accidentes. Aplicar esta ley en Cuba, sin  este requisito, de acumulación previa, era totalmente una utopía. Pero no fue ese el único error,  aparentemente bien intencionado, han existido otros  peores, como  fueron las medidas tomadas en la famosa ofensiva revolucionaria de 1968 que  " consolidó " hasta los limpiabotas. Hoy  el gobierno trata,  de cierta manera, de volver a lo que existía antes del 1968, con la diferencia de obtener beneficios, mediante los impuestos,  de quienes realizan algún tipo de actividad comercial. Se perdieron casi 40 años de  progreso económico, detrás de proyectos irrealizables, al parecer creados por una mente satánica,  desinformada o simplemente caprichosa.    
Producto de las diversas necesidades que sufre la población en general, han surgido en el país personas que han clamado durante años por la modificación de determinadas leyes su aplicación y el mejoramiento de la calidad de vida.  Muchas han sido ignoradas y otras silenciadas mientras determinadas personas, a ciertos niveles de gobierno, vivían como los antiguos burgueses o a veces mejor.
La represión ha hecho su aparición indiscriminadamente,  no para defender los principios de la Revolución, como sucedió cuando un estudiante llamado Eliecer Ávila,  hizo preguntas que pusieron en vilo a Ricardo Alarcón, un antiguo dirigente del Gobieno cubano,  quien las contestó con respuestas absurdas. Que si no hubiese sido por la seriedad del tema, hubiera causado estruendosas risas a todos niveles nacionales e internacionales. Un ridículo total, merecedor de una gran trompetilla criolla.

http://www.youtube.com/watch?v=42T0BNNHZA0&feature=player_detailpage#t=133s

Hoy ese  joven, Eliecer Ávila después de haber sido reprimido de diferentes maneras, anda por el mundo explicando la problemática cubana al mismo tiempo que se aplican las reformas que daban respuesta  a su interrogante.
Hubiera sido mejor invitarlo a participar y aportar sus ideas y no obligarlo a incorporarse a la disidencia activa que busca la eliminación de todo lo que ha hecho la revolución,  sin analizar cuáles son los cambios que verdaderamente se deben hacer. Seguramente si se le invita tendrá el  coraje de acudir para discutir seriamente sus opiniones y sus ideas.  
Si hoy no se le da esta oportunidad, como es muy joven, más temprano que tarde, de alguna forma participará en el gobierno que ejercerá el poder en la República. El Gobierno cubano necesita de hombres como ese  para funcionar adecuadamente. Con ovejas amaestradas no se construye la economía de un país ni se aumentan sus riquezas materiales. Es necesario dar una oportunidad a todos los disidentes,  sin excepción, para que expresen sus opiniones  en un clima de garantías y respeto como sucede en todos los parlamentos del mundo.  Es necesaria esta gran reunión parlamentaria de Gobierno  y  Pueblo para saber como construir el  camino que lleva al triunfo de la democracia del pueblo y para todo el pueblo.
Los hombres y mujeres que dirigen la nación, más que ignorar la sabiduría nacida del pueblo debían ponerla a funcionar en beneficio de  todos los cubanos. 
Y que nadie diga que la Asamblea de Poder Popular,  con sus delegados elegidos de dedo por las organizaciones políticas,  pueden ser los representantes de los  intereses de todos si realmente expresaran sus opiniones con honestidad no como un coro de niños de la Iglesia. Hay delegados elegido por su popularidad personal como artistas, profesores, cantantes pero no son ellos los que pueden hacer los que se dedican e interesan en las  cuestiones publicas. 
El arte y la política se complementan pero son actividades diferentes y sino díganme cuantas reformas de leyes propuso el canta autor  Silvio Rodríguez y que leyes redactó el magnifico escritor  humorístico Enrique Núñez Rodríguez ambos elegidos a la Asamblea Nacional.  
 
 Es cierto que tanto de parte del Gobierno como de quienes se les enfrentan existen sentimientos heridos, que convertidos en emociones arrasadoras resultan difíciles de evitar, sin embargo es la hora de ver más allá y comprender que en la  lucha  por la toma del poder,  por los revolucionarios,  antes del 59, hubo hombres que  asesinaron a cientos de jóvenes en defensa de la tiranía, lo mismo que otros que han justificando sus acciones contra el pueblo bajo la cobertura de la defensa de la revolución, incluso realizando acciones  que han atacado desde dentro la ética revolucionaria de no maltratar ni torturar a nadie ni perseguir a quienes manifiestan honestamente sus ideas, sin asesinar a nadie ni actos terroristas, que fueron frecuentes durante la insurrección revolucionaria, celebrando en ocasiones juicios sumarios abiertamente injustificados  y condenando a muerte por delitos, de carácter político a personas que no habían cometido ningún delito grave.  

¿Quién impide al gobierno cubano oír las voces que reclaman cambios internamente y no esperar que estas voces clamen en el extranjero, lo  que no pueden decir o no se les toma en consideración dentro de su propio país?  Es absurdo pero sucede.
Quien tiene la razón no teme ni evita las críticas y viceversa. Aparentemente quienes se ocupan de la orientación política gubernamental no se dan cuenta o no comprenden que los mejores pilares de cualquier cambio están en quienes viven  cotidianamente el proceso político interno.

Si bien resulta  bochornoso que algunas personas reciban dinero por manifestar sus opiniones, pacíficamente, por las calles de las ciudades cubanas, vale preguntarse qué no harán quienes subvencionan esos gastos para apoyar a quienes en el extranjero denuncian lo que sucede en el interior del país. Que los disidentes,  obligados a buscar apoyo en el exterior,  en esa  búsqueda se le unen algunas personas deshonestas que buscan beneficiarse de alguna manera, por aquello de que “rio revuelto es  ganancia de pescadores” o representan intereses foráneos o los utilizan para sus intereses políticos como ha sucedido muy  recientemente con personas que lograron llegar a USA y fueron muy bien atendidas mientras eran  capital político y luego abandonadas. 

¿ Podemos creer, sinceramente, sin intereses personales que enmascaren nuestras opiniones, que todos los políticos que atacan y critican al gobierno de la isla, desde cómodas  posiciones en el extranjero, serán los defensores y ejecutores de las medidas que hagan funcionar  un gobierno realmente democrático en la isla? Yo sinceramente no lo creo. Como nunca he creído en las consignas de luchar hasta la última bala, derramar la sangre de hombres y mujeres del pueblo,  atrincherarse ante el menor movimiento del enemigo, morir luchando, cuando el enemigo son los mismos ciudadanos del país.  Ya no funcionan. Esas consignas deben preservarse para el enemigo extranjero, que nunca se ha atrevido a hollar la tierra del país ni nunca lo hará, si no se produce, como antes de la revolución, la petición del gobierno desde el  interior del país.
La hora de la conciliación y el análisis para encontrar las soluciones necesarias ha llegado y no debemos perder esta oportunidad para hacer todo lo necesario para salvar la patria de todos. Si el gobierno cubano, dirigido por algunas personas que son incapaces de comprender la necesidad de escuchar a quienes no comparten ciento por ciento las opiniones oficiales,  no  asume que muchas de las medidas que un día tomó  son obsoletas y las modifica o elimina realmente,  los gobernantes que vendrán mas tarde lo harán inevitablemente. Entonces  se habrá perdido un tiempo precioso que cada día nos cuesta vidas de personas jóvenes que abandonan el país o la pierden intentando hacerlo. Cientos de jóvenes, de ambos sexos, inteligentes, cultivados con profesiones y grandes iniciativas se van del país,  casados con cualquier extranjero o  arriesgan  sus preciosas vidas atravesando fronteras infestadas de peligros y delincuentes que los atacan para arrebatarles sus pocas pertenencias.
Si el gobierno cubano no quieren  que el desastre sea mayor, que los ambiciosos y aventureros ocupen la isla, infiltrados, como antes se infiltraron en las fuerzas revolucionarias que combatieron a la dictadura, para aprovecharse del botín,  si no quieren  que las medidas que de alguna forma han beneficiado a toda la población sean abolidas, es necesario que se unan  a todo el pueblo, para  escucharlo y modificar todo lo que sea necesario modificar de manera adecuada y respetuosa antes de que otros lo hagan por la violencia y sin frenos, no deben  olvidar que hay mucha cólera acumulada y cada día que pasa crece todavía mas. 
Después de muchos años el gobierno cubano aceptó atravesar el puente que le extendió la alta jerarquía religiosa, quizás porque Dios lo hizo así, lo mismo que un día permitió que tomaran el poder de la República para guiar su pueblo a un mejor destino, los dirigentes, creyentes o no creyentes, deberían tender un puente de conciliación y fraternidad entre ellos y todos los cubanos. Sean estos seguidores del gobierno o disidentes edificar una  la patria nueva que perdieron la oportunidad de edificar cuando toda la nación apoyo la toma del poder por las fuerzas rebeldes.
Cientos de formas de gobierno han cambiado y se han adaptado a lo que su época les exigía, no hay razón para no hacerlo cuando es necesario. Países que tenían una a dictadura de tipo fascista han regresado a una monarquía y otros de un sistema socialista se han convertido a un sistema capitalista con  economía de mercado y otros que proclamándose  comunistas administran su país como cualquier país capitalista.  
    ¿Por qué Cuba debe ser parte de la excepción y rechaza cualquier tipo de cambio? Es el gobierno quien  debe responder.

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