Ironia Cubana...

Autor: Lic.Justo Pla.


Trato de imaginar, envuelto en mis recuerdos, un futuro que llegue a ser real antes de mi muerte; descansando en la conocida señal que marca las noventa millas que me separan de mi tierra natal.

Con la vista en el horizonte; como si deseara atraerlo y ver más allá de su línea; pienso en aquellos primos y tíos que ahora dicen “en esta tierra de Libertad” que no pertenecen a mi familia; ni que decir de ese buen vecino o viejo amigo que allá se encuentra; y que nunca olvido porque tanto me ayudó y al que llamo hermano, aunque no lleve mi apellido.

Comienzo a meditar, en el marco de este conflicto existencial, que muchos personajes por los que me fui de mi Patria los he encontrado en este otro lado del estrecho.

Decir que aquí no existe el delator o chivato; el adulón o guataca; el envidioso, el presuntuoso, el cobarde y, por supuesto, sin olvidar el patriota que quiere que el muerto lo ponga otro, es incentivar al hada madrina para que me haga crecer la nariz.

Ha pasado el tiempo. Allá, en “Cubita la Bella”, todo sigue igual; sacrificándose por un futuro que nunca llega; mientras que los de aquí, en Miami, pensando en el regreso cuando alguien muera o lo maten; con esa ingenua fantasía de que no existe nadie que pueda seguir con la misma historia.

Algunos con una nostalgia por ese pasado que dicen que era bueno…y otros que no entienden el por qué si era tan bueno, permitieron que se destruyera.

A fin de cuentas, los más sensatos parecen ser aquellos que fueron pálidos retoños del Ku Klux Klan cubano, cuando afirman que hicieron lo que hicieron porque odiaban mucho al mulato que decía “Salud, salud”. Pero ¡ay!, pobre de ellos, lo cambiaron por el pichón de gallego que ahora grita “Patria o Muerte”, y que ha convertido nuestro amado archipiélago en un lugar más mestizo; y por qué no decirlo sin temor, más negro que antes.

Y en este paisaje con pinceladas sicológicas de Van Gogh, de este lado del horizonte, en la Calle Ocho, los blancos de otrora son ahora los hispanos o blancos no anglos; una especie de blanco inmigrante, menos blanco para otros blancos, que tiene abuelos gallegos pero no son descendientes de aquellos valientes e intrépidos conquistadores del Oeste.

Nada, los cubanos no cambiamos. Todo lo bueno siempre está en la posición geográfica, religiosa, ideológica o equipo deportivo donde estamos o pertenecemos. Y todo lo malo, lo que tiene errores y problemas, por supuesto que se ubica en el contrario; no importa a que lado u otro se encuentre del horizonte…nada de matices.

Y así cuando algún día llegue el cambio inevitable, el cual esperamos que arribe antes de la muerte, continuaremos trayendo y llevando; de aquí para allá, y de allá para acá, lo bueno y lo malo; puesto que tenemos para regalar de sobra ángeles y diablos; patriotas y traidores; valientes y cobardes; ignorantes e inteligentes; pues esa es parte de nuestra ironía.
Lic.Justo Pla.
Sociologo. Escritor
Ex diretor de Investigacions Sociales
de la Televison Cubana.

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