Meditar




No digáis que agotado su tesoro enmudeció la lira, podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía…Gustavo Adolfo Bécquer

Hace algunos días no había tenía el placer de escribir mis notas como he venido haciendo las últimas semanas, y dejé una nota explicando las razones al mismo tiempo que les recomendaba cierta lectura. Lo primero no me preocupa, pero me pregunto si habrán tenido tiempo de revisar el texto que les sugerí relacionado con el Reiki Usui
Durante estas dos semanas he dedicado el tiempo a la práctica de la meditación trascendental. Muchos, entre ellos yo, hemos creído a veces que la meditación es una forma de pensar sobre algo y someterlo a algún tipo de análisis. Ciertamente no es así.
Aun cuando el proceso de meditación hasta implica los procesos del pensamiento, su rol es realmente tan pasivo que se puede afirmar no es lo fundamental de esa maravillosa experiencia.
Alguien ha dicho, muy acertadamente, que cuando oramos nosotros le hablamos a nuestro Dios, casi siempre para pedirle algo, muy pocas para agradecerle, pero cuando meditamos es Dios quien nos habla a nosotros.
Ese Dios que nos habla y que hay quienes no creen existe, está dentro de nosotros mismos. Nuestro cuerpo es su templo verdadero y es por eso que debemos ser muy vigilantes sobre que introducimos mediante la alimentación, las bebidas y hasta muchos suplementos nutritivos, sean naturales o no en nuestro organismo es decir el Templo de Dios.
No blasfemo, pues dicen los textos sagrados fuimos creados a su su imagen y semejanza, somos sus hijos y su obra suprema.
Cuando meditamos entramo s dentro de nosotros mismos, a veces en la búsqueda de una respuesta que de otra forma se hace imposible de hallar y otras, cuando hemos avanzado en este proceso y sabemos cuánto placer producen hacerlo, y lo hacemos simplemente para eliminar el stress.
¡! Sacre merde du temps modernes!!
Alguien quizás se pregunte por qué razón escribo estas notas sobre la meditación.
La respuesta como siempre, es muy simple.
Primero porque yo la practico cotidianamente y eso me produce un gran bienestar físico y mental, y no quiero ser egoísta ni siquiera en eso de guardar para mí lo que sé puede ser agradable y muy beneficioso para los demás y segundo porque esta página está dedicada en primer lugar a los cubanos y a todo aquellos que pueda interesar leerla y tengan las mismas necesidades que nosotros.
En el caso de nosotros los cubamos, durante toda nuestra vida hemos estado sometidos a una enorme tensión (stress) después de la fundación de la República, simplemente para poder subsistir, por el colonialismo, la pobreza, la politiquería,y las dictaduras.
Desde los tiempos de la Segunda guerra Mundial con el establecimiento la ORPA, por causa de la falta de comida, los estibadores de los muelles se robaban el arroz y lo vendían a sobre precio.
El arroz lo sacaban de los sacos con una lengüeta que se utilizaba para revisar los contenidos punzándolos por un lado, para después extraerlo de los muelles en sus sombreros encajados hasta las orejas, se llegó a recuperar grasa de las aguas sucias para fabricar jabones. No había jabón de baño, en las calles se vendían las pastillas pequeñas que se usaba en las posadas. Todo esto lo viví con apenas sólo 12 años de edad.
Es decir, una falta de todo, tan grande como la que hoy viven nuestros compatriotas de la Isla, desde hace mas de 50 años, agravada ahora por la manipulación ideológica de un sistema totalitario que no deja funcionar la iniciativa privada, que muy bien podría darle solución a muchos problemas que el Estado,precisamente por la magnitud de las obligaciones que ha asumido, en el afán de controlar todo,no puede por falta de los recursos para hacerlo eficientemente.
Un invento cubano de la economía “marxista”, teoría científica que nunca expuso métodos de organización de los limpiabotas, peluqueros, tintoreros ni sastres al servicio del Estado.
Un fenomeno que se explica porque en un país subdesarrollado, sin una clase obrera numerosa, fundamentalmente dedicado a los servicios y la agricultura, era necesario crear esferas de intervención para que todos fueran obreros y por consecuencia un país socialista, “dirigidos por obreros” y campesinos, a su vez, devenidos obreros en las fracasadas Granjas del Pueblo y las llamadas Cooperativas.
Un absurdo que ya había sido un fiasco en la Unión Soviética de Koljoises y Soljoses. Un real absurdo porque la misma idiosincrasia individualista del campesino, característica señalada por el marxismo, que lo hace ser reaccionario a todo tipo de trabajo de equipo o colectivo.
El campesino, todos sabemos que solo funciona como colectivo en la familia dirigida por su patriarca.
Pero dejemos este tema a un lado y permítanme brindarles un sistema para la meditación, que si bien no es la solución de todos los problemas ni el ungüento de la Magdalena, nos permite ser más ecuánime ante ellos, tener mejor salud y disfrutar de la vida como se merece.

Cuando las cosas no se pueden cambiar como deseas cambia tú y verás como eso te facilita la vida para ti y los tuyos.
Puntos que debes observar para lograr los mejores resultados en la meditación individual.
La práctica debe ser regular, lo ideal es hacerlo diariamente a la misma hora.
Las horas más propicias son las primeras de la mañana y las últimas de la tarde, ya que la actividad externa es menos intensa y es más fácil establecer un clima meditativo.
Es conveniente tener un lugar tranquilo reservado para la meditación.
Comienza a practicar por un período no mayor de 15 minutos. Más tarde puedes aumentarlo gradualmente.
Ten paciencia y no te desanimes, los resultados llegaran tranquilamente casi sin que los perciba de inmediato.
No medites después de tus comidas deja pasar al menos tres horas y media.
Sentado en una posición cómoda, con la columna erguida, respire lenta y profundamente.
Manten la atención en el ritmo de tu respiración y en los movimientos de tu cuerpo relacionados con la respiración. Puedes hacer respiración diafragmática si lo deseas o lo necesitas.
Se conscientes de las sensaciones de tu cuerpo, sin tratar de modificarlas tan solo trata de sentir su presencia sin provocarlas ni crearlas....

Recibe tus sentimientos, pensamientos, y recuerdos sin analizarlos, sin juzgarlos, ni rechazarlos. Obsérvalos a distancia y veras como aparecen y desaparecen tranquilamente
Deja que el medio ambiente te rodee y recibe su influencia. Siente el aire a tu alrededor, la temperatura del lugar en que estas, los sonidos que te envuelven sin pensar nada de frio o de calor. Simplemente deja que las cosas se produzcan por si solas. .
La duración pude ser de 15 minutos para comenzar y durante todo el tiempo que desees o dispongas para hacerlo. Tú decides.
Cuando termines abre tus ojos y mira suavemente a tu alrededor. Observa los colores, las formas, la profundidad y las texturas que de tu entorno.
Acepta la realidad en la medida en que se presenta, sin centrarte en nada.
Siente y disfruta tu propia presencia en el mundo. Conscientes de esta presencia y de quien tu eres quizás por la primera vez de tu vida.

Para teminar solo deseo regalarles este texto de Paulo Cohelo que he recibido hoy:

Instante Mágico

Paulo Cohelo

Es necesario correr algunos riesgos. Sólo entendemos adecuadamente el milagro de la vida cuando permitimos que lo inesperado se manifieste.

Todos los días Dios nos da – junto con el sol – un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices. Todos los días intentamos fingir que no vemos este momento, que no existe, que hoy es igual que ayer y mañana será igual que hoy. Pero el que presta atención descubre el instante mágico. Puede esconderse en el momento de meter la llave en la cerradura, ya por la mañana, o en el silencio que sigue a la cena, o en cualquiera de las mil y una cosas que nos parecen repetidas. Ese momento existe – un momento en el que toda la fuerza de las estrellas nos atraviesa y nos permite hacer milagros.

La felicidad es a veces un don, pero generalmente es una conquista. El instante mágico nos ayuda a cambiar, nos empuja en la dirección de nuestros sueños. Vamos a sufrir, vamos a pasar por momentos difíciles, vamos a enfrentar muchas desilusiones, pero todo eso es pasajero, inevitable, y acabaremos enorgulleciéndonos de las marcas señaladas por todos los obstáculos. En el futuro, podremos mirar hacia atrás con orgullo y fe.

Pobre del que tuvo miedo de correr riesgos. Porque tal vez no se decepcione nunca, ni tenga desilusiones, ni sufra como los que tienen un sueño que cumplir. Pero cuando mire hacia atrás – porque siempre se acaba mirando hacia atrás – va a escuchar a su corazón diciendo: “¿Qué hiciste con los milagros que Dios sembró a lo largo de tus días? ¿Qué hiciste con los talentos que tu Maestro te confió? Los enterraste bien hondo en una fosa, porque tenías miedo de perderlos. Por lo tanto, esta es tu herencia: la certeza de que desperdiciaste tu vida”.

Pobre del que llega a escuchar estas palabras. Porque entonces creerá en los milagros, pero los instantes mágicos de su vida ya habrán pasado.

Tenemos que escuchar al niño que fuimos un día, y que aún existe en nuestro interior. Este niño sabe de instantes mágicos. Podemos sofocar su llanto, pero no podremos acallar su voz.

Si no nacemos de nuevo, si no volvemos a mirar la vida con la inocencia y el entusiasmo de la infancia, la vida deja de tener sentido.

Existen muchas maneras de suicidarse. Los que intentar asesinar su cuerpo ofenden a la ley de Dios. Los que procuran matar su alma también ofenden a la ley de Dios, aunque su crimen resulte menos visible a los ojos de los hombres.

Pongamos atención en lo que nos dice el niño que llevamos guardado en el pecho. No nos avergoncemos por su causa. No debemos dejar que tenga miedo por estar solo o porque casi nunca lo escuchamos.

Vamos a permitir que tome un poco las riendas de nuestra existencia. Este niño sabe bien que cada día es diferente del anterior.

Vamos a hacer que se sienta nuevamente querido. Vamos a agradarlo, aunque eso signifique actuar de maneras algo insólitas para nosotros mismos, aunque los demás consideren que estamos haciendo tonterías.

Recuerden que la sabiduría de los hombres Dios la ve como locura. Si escuchamos al niño que tenemos en el alma, nuestra mirada volverá a brillar. Si no perdemos el contacto con este niño, no perderemos el contacto con la vida.

¡Vivamos todos los instantes mágicos de 2009!

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